Juan Alberto Galvá |
"Entonces dijo a sus
discípulos: A la verdad la mies
es mucha, mas los obreros pocos". (Mt. 9:37).
Aun
cuando el apóstol Pablo anima a los siervos de Dios a tomar parte en la obra
del ministerio desde la posición pastoral (I
Tm. 3:1), hoy día, en la mayoría de los casos es notorio lo marginado que
está el ministerio. La estructura socio económica actual –en cuya arquitectura
Satanás tiene mucho que ver- determina que los valores del estatus social pesen
mucho a la hora de que los padres decidan que derrotero profesional deben tomar
sus hijos.
Soy
padre igualmente, y por supuesto que deseo lo mejor para mis hijos. No solo lo
deseo, sino que esto en la responsabilidad bíblica de guiarlos en la vida para
que les vaya tan bien como sea posible
(II Co. 12:14). Pero, si quiero actuar como un creyente comprometido, una
de las primeras opciones que debería poner delante del camino de mis hijos es
el ministerio en cualquiera de sus áreas.
No
estoy sugiriendo que todos nuestros chicos deben terminar siendo pastores,
maestros, evangelistas, músicos, cantores, etc, más bien estoy planteando que
muchos de ellos pudieran serlo, pero los hemos alejado sistemáticamente de ese
propósito encarrilándolos por el sendero que, humanamente consideramos que era
más provechoso económicamente para ellos, como si el factor económico fuera lo único,
o lo más importante en la felicidad y el bienestar de nuestros hijos.
La
razón habitual para rechazar el ministerio es que las perspectivas económicas y
los conflictos potenciales que se proyectan en estas lides son muchos y demostrados.
Este argumento no puede ser desechado simplemente espiritualizándolo, porque
ciertamente, es derecho y expectativa legitima el que se aspire a comer todos
los días a sus horas, y nutritivamente; un techo para vivir, una esposa e hijos
que, a su vez, demandan educación, vestimenta, recreación, medicina etc.
Debe
entonces haber un punto de equilibrio, un manejo viable, posible y responsable
para nuestra pretensión de que la mentalidad de los creyentes cambie respecto
del ministerio. Porque es y ha sido evidente que la mera exposición de las
glorias del ministerio así como el mandato divino a formar parte de este no han
sido suficientemente persuasivos como para que los creyentes por norma procuren
involucrar a sus hijos en el ministerio. Es entonces evidente que los ministros
del Señor llamados a establecer las bases solidas de la educación cristiana y
la formación bíblica de los siervos de Dios, tenemos frente a nosotros un reto
que, demanda mente abierta, sabiduría y mucha creatividad.
Nuestra
propuesta para equilibrar esta situación es un instituto bíblico que combine la
educación pastoral-ministerial con la formación técnico-vocacional, solo en
aquellas áreas que, sean demandadas por la sociedad, pero que, al mismo tiempo,
representen una profesión que permita a los graduados ser dueños de su tiempo.
Pero
este esquema, que para nada es nuevo, requiere una reingeniería dramática de la
estructura administrativa, así como del curriculum, la infraestructura, los
profesores y la duración promedio del programa de estudios. Es todo un reto,
pero no es imposible, los institutos politécnicos católicos hace décadas que
vienen haciéndolo con resultados notables.
Esta
no es una tarea que podamos hacer solos, sino que demandará la ayuda de todo
aquel que de una u otra forma sea consciente de que podemos cambiar el esquema
actual de formación teológica, estático, y desconectado del mundo circundante,
por un modelo dinámico, integrado y vivo. Por tanto, si últimamente ha estado
meditando en alguna obra digna, a la que dese unirse o en la que desea donar
recursos, le proponemos la nuestra. El gran beneficio de aportar para un
proyecto como este es que se trata de una inversión con un retorno social
asegurado, “inmediato” y del que si no se beneficia usted directamente, lo hará
indirectamente a través de sus hijos, nietos, familiares, amigos y conocidos a
los que usted desee encaminar.
Ayúdenos
a materializar este proyecto a fin de que haya una transformación notable en la
matricula educativa en cuanto a la formación teológica-ministerial, para que
tengamos pastores que vivan para el ministerio y no temerosos de una vida de
carencias “a causa del ministerio”, contribuyamos a devolverle honra, y brillo a
la actividad más honrosa que pueda ver y aportemos una luz de esperanza y un
ambiente propicio para nuestra juventud cristiana.
Ayúdanos, únete, danos la oportunidad que que muy pronto podamos publicar una postal como esta, Dios está de nuestro lado en esta obra y responsabilidad pero también te necesitamos a ti. Para una lista de las áreas y formas en las que usted puede contribuir con este proyecto sírvase contactarnos:
Orientación & Difusión Cristiana (O&DC)
International Virtual Tehological Institute
http://institutointesand.blogspot.com
institutointesand@gmail.com
1-809-695-6533
1-829-333-3981
Juan Alberto Galvá
Coordinador general
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