EL
MINISTERIO DE JESÚS SIGUIÓ EL MISMO MODELO "DEL PATIO"
Por: Juan Alberto Galvá
Cuando uno
lee los relatos de los evangelios sinópticos, Mateo, Marcos, Lucas, sin la
debida atención, sin duda que uno fácilmente llega a creer que Jesús tenía un
poder, no milagroso, sino mágico para atraer a las personas y para que estas
dejaran de hacer todo cuanto estaban haciendo y de inmediato seguirle, sin
ningún tipo de reflexión. Veamos un ejemplo de esto:
Mateo 4
12. Cuando
Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;
13. y dejando a Nazaret, vino y
habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí,
14. para que se cumpliese lo dicho
por el profeta Isaías, cuando dijo:
15. Tierra de Zabulón y tierra de
Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
16. El pueblo asentado en tinieblas
vio gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció.
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Luz les resplandeció.
17. Desde entonces comenzó Jesús a
predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
18. Andando Jesús junto al mar de
Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés
su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
19. Y les dijo: Venid en pos de mí,
y os haré pescadores de hombres.
20. Ellos
entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.
21. Pasando de allí, vio a otros
dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, yJuan su hermano, en
la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.
22. Y ellos, dejando al instante
la barca y a su padre, le siguieron.
Como se
puede ver, ninguno de los evangelistas nos da todos los datos del hecho, sino
que, cada uno relata lo que le pareció más importante según el propósito para
el cual escribió. Si nos guiáramos solo del relato de Mateo uno tendría la
impresión de que, el magnetismo de Jesús era tal que conseguía que la gente
tomara decisiones sin siquiera reflexionar, lo cual entraría en contradicción
con las claras palabras del propio Maestro:
Lucas
14
25. Grandes multitudes iban con él;
y volviéndose, les dijo:
26. Si alguno viene a mí, y no
aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun
también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27. Y el que no lleva su cruz y
viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
28. Porque ¿quién de vosotros,
queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver
si tiene lo que necesita para acabarla?
29. No sea que después que haya
puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a
hacer burla de él,
30. diciendo: Este hombre comenzó a
edificar, y no pudo acabar.
31. ¿O qué rey, al marchar a la
guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente
con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
32. Y si no puede, cuando el otro
está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.
33. Así, pues, cualquiera de
vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Para nada
las declaraciones de Jesús en el pasaje anterior parecen venidas de un frenesí
mental que hace que la gente tome decisiones sin pensar, muy por el contrario,
parecen las sensatas palabras de alguien que emprenderá una peligrosa pero
gratificante misión y quiere que ninguno de los que se entusiasmen a unirsele
tengan una idea equivocada de lo que implica ese viaje. Para tener el cuadro
completo que le da coherencia a la historia de Mateo 4:12-22 debemos
auxiliarnos del relato del evangelio de Juan, pues allí hallamos lo siguiente:
Juan 1
29. El siguiente día vio Juan a
Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo.
30. Este es aquel de quien yo dije:
Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que
yo.
31. Y yo no le conocía; mas para
que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
32. También dio Juan testimonio,
diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció
sobre él.
33. Y yo no le conocía; pero el que
me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el
Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
34. Y yo le vi, y he dado
testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
35. El siguiente día otra vez
estaba Juan, y dos de sus discípulos.
36. Y mirando a Jesús que andaba
por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.
37. Le oyeron hablar los dos
discípulos, y siguieron a Jesús.
38. Y volviéndose Jesús, y viendo
que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido
es, Maestro), ¿dónde moras?
39. Les dijo: Venid y ved. Fueron,
y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora
décima.
40. Andrés,
hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían
seguido a Jesús.
41. Este halló primero a su
hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el
Cristo).
42. Y
le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú
serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).
43. El
siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.
44. Y
Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.
45. Felipe
halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en
la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
46. Natanael le dijo: ¿De Nazaret
puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.
47. Cuando Jesús vio a Natanael que
se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay
engaño.
48. Le dijo Natanael: ¿De dónde me
conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas
debajo de la higuera, te vi.
49. Respondió Natanael y le dijo:
Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.
50. Respondió Jesús y le dijo:
¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas
verás.
51. Y le dijo: De cierto, de cierto
os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que
suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.
Es después
de ver esta información organizada, que el llamamiento de Jesús a sus
discípulos y la forma en que Jesús los reclutaba quedan claramente explicados.
Si se te
pidiera explicar cuál método utilizó Jesús para añadir discípulos, ¿cual dirías
tú que fue su estrategia?
Jesús al
igual que Juan el Bautista no introdujo nada nuevo en la forma de ganar
adherentes para su causa, ambos eran maestros de la palabra y simplemente se
valieron de la forma establecida en que habitualmente los maestros se
agenciaban seguidores, quizá la manera específica en que lo hicieron no se
aplique hoy en todos los casos, pero los principios aplicados permanecen aun
hoy día, veamos pues algunos de esos principios.
A- Procure conseguir que las personas cercanas a usted
sean de los primeros en enterarse
de sus planes y propósitos
evangelísticos.
A ninguna persona será más fácil hacerle
una presentación del evangelio que a la gente que usted ya conoce y que de
seguro, si le solicita tiempo, habrá de concedérselo.
B- Empiece
por sus familiares.
La familia
de Juan el bautista fue de seguro el primer pilar de su ministerio, durante
años sus padres debieron haberle apoyado y alentado para que desarrollara su
llamamiento y es de esperarse, que su familia inmediata; primos, tíos, y amigos
cercanos fueran los primeros en enterarse de su mensaje.
Así mismo
es obvio por la actitud de María, que Jesús ya había realizado manifestaciones
del poder de Dios y de su propósito ministerial, porque de no ser así, no
tendría explicación que le pidiera que obrara un milagro en las Bodas de Cana,
si ella jamás le hubiera visto haciendo uno.
Y aunque
es cierto que al principio, los hermanos de Jesús le adversaban, no es menos
cierto que su ministerio no era un secreto para ellos, el rechazo se debió
precisamente a eso, a que el intentó conquistarlos para su causa, aunque sin
resultados positivos al principio.
B-
Procure
mantener un buen testimonio entre las personas que le
rodean.
Es obvio
que si ese no hubiera sido el caso tanto con Jesús como con Juan Bautista ellos
no habrían podido hallar cabida en los corazones de las personas a su
alrededor.
C- Asegúrese de tener un mensaje conciso, claro,
fundado firmemente en la Biblia y lleno
del poder del Espíritu Santo.
Recuerde que en Jesús y Juan Bautista había una
gracia especial, ir donde la gente que te conoce es solo el primer paso, pero,
por supuesto, tienes que tener algo que decir, y debes saber cómo decirlo,
debes creer el mensaje del que estás hablando y si tu mensaje habla de cambio,
alegría y felicidad, tu estas obligado a reflejar con tu vida el contenido del
mensaje que compartes, porque de no ser así, la gente notará que hay
inconsistencia entre ti y tu mensaje y por su puesto el resultado no podrá ser
bueno.
Por
último, recuerda: ciertamente el resultado de nuestra predicación depende de la
acción del Espíritu Santo en las vidas. Ahora bien, Dios ha escogido lograr que
las vidas vengan a El mediante nuestro pregón, debemos salir a predicar teniendo
en mente que Dios nos usará para que las almas vengan a Él, debemos desearlo,
anhelarlo y sentirnos regocijados cuando vengan y auto examinarnos cuando no lo
hagan.
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