Hechos 4:32
4:31 Cuando hubieron orado, el lugar
en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y
hablaban con denuedo la palabra de Dios.
4:32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
4:33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.
4:34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,
4:35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
4:36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,
4:37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.
4:32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
4:33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.
4:34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,
4:35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
4:36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,
4:37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.
PRINCIPIOS
BASICOS DE EVANGELISMO PERSONAL CAPITULO
I
LA
PREDICACION DEL EVANGELIO SE COMIENZA POR EL PATIO
Por: Juan Alberto Galvá
Una de las
cosas que conspiran grandemente con el desarrollo de la obra de Dios son los
prejuicios, y las historias que aprendemos de oídas. La falta de atención a lo
que la Biblia está diciendo y la enseñanza que Jesús y sus apóstoles nos
dejaron son suficientes para realizar eficazmente la tarea evangelística. Pero
la carencia sistémica en el conocimiento de las Escrituras y la consistente
irreflexión sobre lo que ella de forma natural nos está comunicando crean una
enorme barrera que bloquea nuestra comprensión.
Es por
ello que, en muchos casos, no evangelizamos según la Biblia, sino, según nos
imaginamos que debe ser la evangelización. Veamos a continuación algunas de las
“técnicas” utilizadas por los apóstoles y por Jesús para abordar la
evangelización personal y contrastémosla con nuestras prácticas habituales.
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