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martes, 11 de junio de 2013

PILARES DE LA EVANGELIZACION EFICAZ IV

COMO ATRAER NUEVOS DISCIPULOS
Por: Juan Alberto Galvá.

Juan el Bautista apareció en el desierto de Judea bautizando, así empieza el relato. Pero uno sabe que esa es la parte sustancial que el autor del relato (Juan el evangelista) quiere destacar y que detrás de esa sucinta declaración hay mucho trasfondo por desentrañar. La primera pregunta que surge es, por qué entonces Juan no fue más específico, por qué razón no nos dio un relato con lujo de detalles; y algunas de las posibles respuestas son:
A-    Primero porque Juan no estaba escribiendo una novela para entretener sino un tratado doctrinal, por lo mismo su enfoque se centra en la significación espiritual de todas las actividades de los hombres que intervienen en su narración, no es casual que después de cada milagro, Juan conecta una declaración sobre Jesús que tiene relación directa con ese milagro. El sana al ciego, y a renglón seguido declara “Yo Soy la luz del mundo” El resucita a Lázaro y declara “Yo Soy la resurrección y la vida” El alimenta a la multitud y sentencia “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo”.
B-    Por otro lado Juan le escribe a personas de su tiempo, y no necesariamente pensando que su evangelio será leído y estudiado por personas separadas de él por más de dos mil años, con una cultura y cosmovisión diametralmente distintas a sus destinatarios originales, así que, lo que Juan omite, lo hace porque da por sobreentendido que sus lectores lo saben.
C-    Recordemos Jesús nos habla de “escudriñad las Escrituras” esto, con referencia a los fariseos; y si esto era verdad con relación a los adversarios de Jesús, con más razón debe ser cierto sobre nosotros sus discípulos o aspirantes a ello. Tenemos el deber de profundizar en las enseñanzas de la Biblia a fin de desentrañar lo desentrañable, todo esto, asistidos por el Espíritu Santo, una de cuyas funciones es guiarnos a toda la verdad.
Dicho todo esto y haciendo una breve investigación histórica podemos colegir que para Juan el Bautista llegar a reclutar seguidores hizo lo que era habitual hacer; se dio a conocer a sus familiares como profeta de Dios, los cuales ya estaban preparados de antemano para su ministerio. Luego se daría a conocer a sus amigos, de seguro tuvo la oportunidad de compartir muchas veces con Jesús (es una conjetura razonable ya que eran primos y sus padres se visitaban con cierta regularidad) y hablar acerca del inicio de sus respectivos ministerios.
 Consistentemente se daría a conocer a la gente de su barrio, allí atraería seguidores que, sintieran admiración por esa familia, y que de seguro conocían la historia del nacimiento milagroso del incipiente profeta al cual empezarían a ver como una promesa y en quien en principio, inclusive, tal vez albergarían alguna esperanza mesiánica. Y así, su trascendencia iría creciendo lentamente hasta el punto de establecer su centro de operaciones en el desierto de Judea, un lugar apartado, propicio para la meditación, y para aquellos quienes quisieran iniciarse en una vida nueva.

Por su puesto, una explicación como esta, no tiene nada de mágica, ni nada de extraordinaria, es una explicación ajustada a la probabilidad y al sentido natural que el texto mismo refleja. Pero si abordamos la Biblia con cualquier case de prejuicio, veremos milagros y eventos sobrenaturales por todas partes, también veremos demonios donde hay enfermedades puramente mentales y físicas y Satanás estará detrás de todo lo que hagamos y por su puesto el hombre no será responsable de nada.

EVANGELISMO PERSONAL

PILARES DEL EVANGELISMO PERSONAL

Juan Alberto Galvá
INTRODUCCION

A muchos creyentes, la predicación del evangelio no les interesa, a otros no les preocupa y a los demás les es indiferente. Pero hay un pequeño grupo que sí está interesado en saber más sobre cómo pueden ellos  ser útiles en las manos de Dios para que miles de vidas en las que El está genuinamente interesado le conozcan y le sirvan.
A este pequeño grupo la Palabra de Dios les llama discípulos: cualquiera es un creyente, cualquiera un simpatizante o un seguidor, pero muy pocos son los discípulos.
De manera que antes de emprender esta tarea, lo primero que debe hacer el equipo que se dispone a acometerla, a enfrentarla es autoevaluarse para saber si se es un discípulo, o simplemente un seguidor:
Descubrirás que si eres cualquier cosa diferente a un discípulo, no podrás realizar esta tarea eficaz y eficientemente.
Eso no quiere decir, que alguien que no es un discípulo no pueda obtener resultados, el quid del asunto, es que quien evalúa ese resultado es el dueño de la tarea, por lo mismo, cualquier producto que no se obtenga usando los materiales asignados y mediante las normas establecidas, probablemente traerá “éxito” y orgullo humano a quien lo haga, pero quien así proceda debe saber que, en palabras de nuestro Señor Jesucristo: “ya tiene su recompensa”, así que, quizá, estas personas se hallen muy triunfantes ante si mismos y ante los demás, pero no tendrán motivos reales de alabanza para con Dios.


Quien no sea un genuino discípulo no mostrará la pasión, el amor, la tenacidad que se requieren para buscar y alentar a los perdidos a que conozcan al Señor, y cuando la tarea se torne cuesta arriba, serán de los primeros en abandonar o sugerir que se abandone la tarea. Pero aquellos que sean discípulos, cuyos corazones sean propiedad de Dios, serán guiados por su Santo Espíritu y El mismo les dará las fuerzas, la sabiduría y el verdadero éxito para ser eficaces y vencedores.