domingo, 23 de junio de 2013

Por qué se descarrían los hijos de los pastores?





EL CONTEXTO DE UNA GUIANZA EFICAZ
Me precio de ser un padre vigilante, algunos me calificarían de controlador, quizá también haya algo de eso. Prefiero ser controlador a ser flojo.  Prefiero asumir el dolor de cabeza que representa estar atento a las actividades de mis hijos y a las mías propias, que tener que ocuparme de visitarlos en una penitenciaria o en un hospital, o peor aún, de irlos a reconocer en la morgue.

Por: Juan Alberto Galvá
Ciertamente no hay garantía de que por el hecho de mantener esta vigilancia alguno de ellos, a pesar de mis mejores esfuerzos resulte ser un chico de voluntad firme en la desobediencia y tuerza la senda. Pero todas las probabilidades están volcadas a mi favor de que no será así, si me guió por los principios de la Palabra de Dios.

Uno de los fallos frecuentes en este campo es llevar a los chicos a la iglesia y dejarlos participar en el culto y en la escuela dominical y creer que esa es la solución. Por eso, a menudo vemos el lastimero testimonio de pastores y líderes quienes se lamentan diciendo que no saben cómo sus hijos legaron a descarriarse o incluso a caer en las drogas, cuando ellos se criaron en la iglesia.

Parece que quizá lo mejor hubiera sido no criarlos en la iglesia, porque, de hecho, muchísimos muchachos nunca van a la iglesia y moralmente hablando, según el estándar del mundo, viven vidas aceptables y en algunos casos ejemplares.

Pero la Biblia no nos manda a que mantengamos a nuestros hijos metidos en la iglesia en cada actividad o reunión. Lo que la Biblia nos manda a los padres es en primer lugar a tener una relación verdadera, en espíritu y verdad con Dios, no una relación religiosa, de costumbre u ocasional sino una vida dedicada y deleitada en Dios.

Igualmente nos manda a entender qué son los hijos. Dado que la mayoría de los matrimonios no planifican los hijos, estos llegan de súbito y trastornan la armonía del hogar, la pareja no tiene un plan de vida y ni hablar de un plan de vida para sus hijos, así que lo más crucial para estos muchachos parece ser la alimentación, la salud, la educación, si se trata de cristianos, una experiencia religiosa y una pobre relación afectiva; justo en el orden que lo he descrito.

Entonces, para que pueda haber un vuelco significativo en esta cuestión también tiene que haber una reorganización de las prioridades. Las parejas antes de casarse deben hablar seriamente acerca de la procreación, de cuántos hijos tener y cuando, de la posible educación de sus hijos incluido el tema de que sus hijos como profesión escojan el ministerio cristiano.

Igualmente deben mantener el aspecto de la cobertura divina como valor supremo sobre sus hijos, desde su concepción hasta el alumbramiento, esto es, orar, no solo para tener un parto feliz, sino orar para que Dios cuide y dirija esa vida para bien y para su gloria, desde el vientre de su madre, como fue el caso de Juan Bautista, Jeremías, Jesús y mis tres hijos.

Los padres deben orar al Señor por todas las cosas que importan, para que sean hijos sanos, para que Dios provea todo lo relativo a su crianza, para que sean guardados de vivir en rebeldía, para que sean hijos sabios, para que sean muchachos inteligentes, para que Dios abra camino de bendición para ellos y toda puerta buena sea abierta para sus vidas, para que sean útiles en el camino de la fe, para que nada les haga apartarse del camino de salvación, para que no caigan en vicios de ninguna clase ni en ningún tipo de desviaciones  sexuales, para que sus mentes estén abiertas al entendimiento y a la obediencia a la Biblia etc.

Si los padres se mantienen orando por estas cosas ganaran tres cosas, en primer lugar las tendrán presentes ellos mismos, sabiendo que ellos en primer lugar deben ser ejemplo en todas estas cosas. En segundo lugar tendrán siempre presente las cosas básicas en las que deben trabajar para que sus hijos estén bien encaminados. Y en tercer lugar, por supuesto, conseguirán la cobertura de Dios para que sobre sus hijos repose su bendición.

El paso siguiente es vivir en un hogar cristiano. Esto no es el hogar en donde hay dos personas que religiosamente van a la iglesia ciertos días establecidos, pero que, al llegar a la casa tiran la Biblia en cualquier sitio y con ella se va todo lo aprendido y su comportamiento domestico no hace diferencia del de los inconversos. O de aquellos que siguen una vida muy intensa y piadosa, pero desconectados de la realidad del hogar, el padre o la madre se suelen encerrar largas horas para orar o estudiar la Biblia, y mientras tantos los hijos están en el desafuero, cuando ellos salen de su encerramiento piensan que sus angelitos, que de seguro ya aprendieron a simular, están guardados por el temor de Dios que ellos suponen aprenden al llevarlos los domingos a la iglesia. Pero no es así.

Lo que enseña Deuteronomio va más allá de simplemente llevar a los chicos a la iglesia, implica amar a los hijos, disfrutarlos como regalos de Dios, y efectivamente guiarlos en el camino de salvación. No es la iglesia la que tiene el deber de conseguir que los hijos sean persuadidos de ser creyentes, sino los padres con su amoroso y virtuoso ejemplo:

6:6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 
6:7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 
6:8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 
6:9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. 

Note que el mandamiento inicia con una experiencia personal: estarán sobre tu corazón. En otras palabras, tiene que ser parte de tu experiencia personal, ninguna persona no cristiana, o con una mera vida religiosa puede obtener resultados bíblicos en sus hijos, para poder recibir la bendición de Dios sobre tus hijos necesitas estar genuinamente comprometido con sus preceptos y deleitarte en ellos.

La segunda cosa importante es que deben ser repetidos de forma sistemática. No es la televisión o la radio o las historietas de súper héroes los que deben evangelizar a nuestros hijos sino nosotros, con nuestra vida y con nuestro conocimiento de la palabra, debemos fomentar la oración en unidad, y en todas las circunstancias, de tal suerte que se vea, que la oración no está confinada a momentos religiosos preestablecidos, sino que es un herramienta eficaz a la que se acude en todas las circunstancias de la vida, tanto para interceder solidariamente por otros, como para que nuestras necesidades sean suplidas, así como para mostrar a Dios gratitud por su provisión y sus favores.

Estas palabras no estarán circunscritas a un ámbito específico, sino que deben ser repetidas en casa, en el camino, a la hora de dormir, y a la hora de levantarse. En otras palabras la vivencia cristiana debe permearlo todo.

Igualmente este programa de inducción en la palabra de Dios precisa de mecanismos de repetición eficaces, en palabras del apóstol Pablo esto es: “Colosenses 3:16: La palabra de Cristo more EN ABUNDANCIA en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”. Todo instrumento a la mano deber usado para que nuestros hijos sean instruidos en el camino de salvación.

Muchos sicólogos han sugerido algo así como que los niños no deberían ser inducidos en ninguna creencia hasta que ellos sean maduros y puedan elegir libremente si desean creer y en qué o quién desean creer. Pero esto no es más que una patraña. ¿Acaso ellos pueden escoger en qué país o en qué familia van a nacer? ¿O pueden ellos escoger que idioma van a hablar? ¿O el apellido que van a tener? Resulta obvio que si tengo una doctrina y la creo firmemente, tanto que procuro convencer a extraños, grandes y chicos de que crean como yo, mal haría entonces si privo a mis propios hijos de ser coparticipes de las bendiciones que entiendo se desprenden de tener una relación con Dios, según mi fe.

Con todo, ningún padre puede obligar a sus hijos a que sean cristianos, pues es la Biblia la que enseña que la gente solo viene atraída (arrastrada) lit. Por el Padre (Jn. 6:37-44) y que es en ultima instancia el Espíritu Santo quien convence a los pecadores de que se conviertan (Jn. 16:8). Pero, por supuesto, como creyentes tenemos el deber de mantener a nuestros hijos en sujeción (I Ti. 3:4) e indudablemente, es mucho más probable que una persona, debido al hecho de que ha sido encaminado en el camino del orden, la obediencia y la sujeción esté propenso a escuchar el mensaje de salvación, que un hijo contumaz, rebelde e irreflexivo.

Tornando la verdad en mentira y la mentira en verdad
CUANDO LO PÚTRIDO  HUELE A CAFÉ
Hace un tiempo en temporada de lluvias las calles se inundaron de tal forma que hasta a los vehículos altos se les hacía difícil transitar. Tratando de llegar a mi casa, tuve que pasar por lugares en donde el agua llegaba casi a la mitad de la puerta, el motor del vehículo no se apagó porque lo mantuve constantemente entre frenado y acelerado, así, a pesar de las dificultades pude llegar a destino y el carro no sufrió desperfectos mecánicos. Sin embargo, el interior del vehículo si sufrió ya que de alguna forma, probablemente a través del piso del auto entró agua sucia manchando el interior del automóvil.

Pero, por supuesto, eso no fue lo peor, al día siguiente la humedad y la fetidez resultante eran insoportables. Hice muchas cosas para intentar “eliminar” el mal olor pero nada funcionó. Entonces se me ocurrió comprar una funda de café en granos logrando que el olor del café ocultara eficazmente el mal olor anterior. No obstante, de tiempo en tiempo, cuando veía el piso del carro y miraba la marca de agua que había quedado, recordaba que lo que originaba el mal olor, en realidad no se había ido, solo había sido ocultado.

Algo parecido enfrenta el pueblo de Dios en este nuevo siglo. Satanás a levantado al “mundo” en una defensa militante, pasiva y activa en contra de todas las normas que Dios le ha legado a la humanidad. La última punta de estas lanzas parece ser la llamada lucha de género. Demostradamente, de siete mil millones de personas que tiene el planeta, la gran mayoría es heterosexual. Y los que no lo son, están vivos gracias a una relación heterosexual, no trataré aquí el tema ético, social y religioso que comporta la homosexualidad, pero les remito al siguiente artículo: 

Son las cadenas noticiosas y los canales de cable las entidades que hoy día se han convertido en portaestandartes  de Satanás para inducir en el camino de la desviación sexual. Supuestamente mostrando tolerancia y dando cabida al derecho de las minorías y apelando a los derechos humanos y sobre todo apelando a la palabra mágica, “la discriminación” quiere imponerle al resto de la humanidad que acepte como normal, lo anormal.

Una cosa es reconocer el derecho que tiene el borracho a vivir y a ser considerado un ser humano a pesar de vivir una vida disoluta y sin provecho, y otra cosa es intentar que en honor a la tolerancia aceptemos que su conducta es aceptable y provechosa. De la misma manera aceptamos la realidad de las desviaciones sexuales, pero no quiere decir que las aprobemos o que estemos contentos con ellas. Las desviaciones sexuales son una realidad tolerada, pero jamás asimilada como normal.

Algo preocupante que he visto en este ataque sistemático lo constituye el uso que da esta idolología a los dibujos animados. Por ejemplo en la segunda película de Srek de los estudios   pinocho aparece risueñamente siendo descubierto usando ropa interior de mujer, es una escena corta, que pasa casi inadvertidamente. Pero luego hay otra escena más, en donde aparece un travesti en la escena del bar, en la que el rey, padre de Fiona, se oculta para buscar ayuda. Este mismo travesti, al final de la película, se abalanza sobre el Príncipe Encantador y lo besa abiertamente.

En la película la saga de Kung Fu Panda, resulta que el padre del Panda es un Ganso, la explicación después de muchos episodios, es que el panda es adoptado, pero resulta que en esta saga, la unión de animales de distinta especie es presentada como algo normal. Pero seamos honestos, esto no es normal ni nunca antes habíamos visto dibujos animados saltando esta barrera, todos los dibujos animados sin excepción siempre respetaron este concepto lógico, el Oso Yogui, los osos revoltosos, José Miel, la Ranita de Metan etc. ¿Qué pasa en la mente de los productores de hoy en día?

Igualmente, tenemos el caso de My Little Pony, aquí tenemos al dragón Spike, resulta que este está enamorado de Rarity, pero Spike es dragón y Rarity es pony. Igualmente en Srek, el burro está casado con la enorme dragona, y Srek, en principio, siendo un ogro, está enamorado de la humana Fiona.

¿Qué está pasando? ¿Todas estas son inocentes coincidencias?, ¿o se trata de una sistemática estratagema de Satanás para introducir ya no subrepticiamente sino abierta y sistemáticamente la idea de que no hay barrera ni distinción entre los géneros? Se me hace difícil pensar que no.

La iglesia católica ha adoptado históricamente una postura ambivalente sobre este tema. Por un lado, públicamente se oponen  a las desviaciones sexuales. Pero diversos sacerdotes entrevistados por separado han dado declaraciones sospechosas sobre el mismo tema. Pero, lo peor de todo, es que la iglesia católica carece de calidad moral para juzgar este tema toda vez que parece haber una epidemia de pedofilia en sus filas, pues, cuando se han destapado estos casos de abusos de menores, sabiamente, el tema se ha manejado solo enfocándolo en el trato del adulto con el menor, y soslayando el punto de la atracción sexual desviada de los cientos o quizá miles de sacerdotes que obviamente tienen predilección claramente homosexual pues los abusados nunca son niñas sino solamente niños.

Una institución tan comprometida con ocultar y no sancionar los males que al mismo tiempo condena se vuelve hipócrita y está desautorizada para establecer un criterio creíble. Más sugestivo, pero, no menos digno de prestársele atención, es la frecuente y evidente inclinación al afeminamiento de muchísimo sacerdotes católicos que en su trato y su ostensible forma de hablar se muestran muy poco varoniles en su porte.


De otro lado, estamos nosotros, los evangélicos, los que siempre nos enteremos del tema después de llegar de limbolandia, por eso es que, nuestras declaraciones de prensa siempre son publicadas en la esquina de debajo de la ultima parte de la sección de deportes. No tenemos una voz al respecto, y como las únicas relaciones publicas que dominamos son las encaminadas a promover actividades frenéticas y maratones de recaudación de fondos, nadie nos hace caso, y es mejor que sea así, porque las pocas declaraciones que he escuchado sobre el tema lloran ante la presencia de Dios, nos hemos mostrado en contubernio con el mensaje de la iglesia católica y hemos endosado su visión, por no tener nosotros una propia.

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